Hoy es un día cualquiera en Heraldia, todo esta tranquilo, los aventureros exploran nuevas tierras y las gentes en los pueblos y ciudades hacen su vida cotidiana. Pero sin más, sin ningún tipo de aviso previo, la tierra empezó a moverse, a temblar. La gente asustada salia de sus casas y buscaban refugio en algún sitio despejado. Los temblores de tierra se sucedían a lo largo de toda las Tierras Heraldicas y cada criatura viviente y no viviente de este mundo pudo sentir aquella descomunal furia.
En Trasia, el Jefe de la Guardia bajo la presión del acontecimiento mando una cuadrilla con sus mejores soldados a Nogrod a buscar información sobre los orígenes de los movimientos sísmicos.
Mientras tanto, algunos valientes aventureros iniciaron una investigación paralela. Siguiendo consejos, usando su ingenio y demostrando habilidades en combate consiguieron encontrarse con un mago, Jestiah y este les proporcionó una brújula mágica capaz de señalar la ubicación del epicentro del seísmo.
Un difícil e incomodo viaje les esperaba, usando la brújula mágica consiguieron llegar a una gruta oculta en la mismísima ciudad de Trasia. Para su sorpresa, los aventureros descubrieron unas criaturas humanoides de las mismas entrañas del planeta se habían instalado en el corazón de la gruta para conspirar contra el mundo de Heraldia, usando para ellos una poderosa criatura,el Yeti , que con su descomunal fuerza eran capaces de provocar terremotos golpeando el suelo de la tierra.
Fue una batalla feroz en la que los valientes aventureros finalmente salieron victoriosos y restablecieron de nuevo la tranquilidad a las tierras de Heraldia, al menos por el momento.
Consecuencia de ello los valientes fueron recompensados con 5000 monedas de oro cada uno y se han ganado el privilegio de que yo les mencione en este relato.
Por Shantheren Notteel. Escribana de Trasia.