Hoja Primera: Sara
Tiempo atrás en algún lugar, el monasterió permanecía silencioso, en la biblioteca dos voces se escuchaban.
- Lo primero de lo que tendría que hablarte es... ¿Somos realmente libres de elegir nuestro destino? Las enseñanzas dicen que sí.- ríe sincera con una sonrisa contagiosa, capaz de contagiarse hasta a las estatuas - El destino ocurre en un complejo telar, en el que puedes decidir en cierto modo hacia dónde cruza tu hilo, o si pasa por arriba o por abajo. Algunos dan cientos de vueltas, y otros solo unas pocas. La mente mortal es demasiado débil como para percibir un orden así; incluso la mayoría de mentes divinas tendrían dificultades. Contemplar el telar es la labor del Escriba del Último Libro. Él es el que escribe la última palabra; el nombre de cada uno, en su lista interminable de quienes existieron.- hace una pausa para asegurarse que Samuel comprendió.-
Camina unos segundos en silencio meditando algunas cosas y ordenando sus ideas, y luego continúa.
- Un hilo puede cambiar de color si se usa hebra distinta para trenzarlo... ¿Y cuánto de él sigue siendo el hilo que era tras el cambio? El telar no existiría sin el concepto del cambio constante; pero el marco global es el orden detrás del cambio; incluso el caos tiene sus reglas.- para, se ríe musical e indica -Vaya, parezco mi mentor... me estoy yendo por las ramas. Volviendo al asunto que nos atañe: - rehízo su explicación.-
- En ocasiones se generan acontecimientos que escapan a los hilos del telar, cuando una mano externa pasa un filo sobre él, o derrama cola... o un hilo díscolo se sale del patrón "saltándose las reglas del universo" los paladines caídos lo hacen a menudo, cuando se revuelven contra su fe... hay cientos de posibilidades.
- La más común de ellas es la acción de un dios. Ellos son ajenos al telar y está en las normas de Ao hasta qué punto pueden afectarlo. En ocasiones la línea es difusa y difícil de controlar. Allí es donde empiezan los problemas. Un dios tiene el poder de sacar una hebra de su camino y hacer cosas terribles con ella. Si esa hebra abandona sus cursos posibles, entonces ocupará el camino de otras; pero dos hebras no pueden existir en el mismo espacio, tanto como dos piedras no pueden compartirlo.
- Allí empiezan los problemas: gente que debería haber muerto no lo hace, agravando el problema, y gente que no debería de morir lo hace, sin que su nombre haya sido reclamado. Esas gentes quedan atrapadas entre dos mundos, fuera de la vista del escriba, hasta que alguien pueda ayudarles. Cuando dicha situación es flagrante, se encaraman en los abyectos no muertos a los que ya estás acostumbrado y se revuelven por su situación, empeorando el problema. Cuando la situación es menor, quedan retenidos cerca de los puntos de su muerte, o bien de personas, objetos o lugares importantes en su destino, imperceptibles para los vivos, pero atroces para el equilibrio del universo... no por su condición, sino por su falta prematura e inesperada.- como el concepto era confuso, Lianna le otorgó una nueva pausa a Samuel para asimilarlo, mientras frotaba su cuello castigado por el calor.
- Aquella noche me la encontré en las puertas del monasterio, en la diminuta cuna dormitaba un hermoso bebe, lo cuide como mi propia hija hasta que una tarde desapareció, tenía 6 años, días estuvimos buscándola y al fin hallamos su cuerpo sin vida, me entristeció el corazón pero me pude reponer, la enterramos en su lugar favorito, un claro reluciente en medio del bosque.
- La pequeña se llamaba Sara y tenía un don algo peculiar: algunas personas son capaces de sentir los ecos de esas almas imperceptibles que quedan atrapadas en este mundo tras su muerte... espíritus cuyo fin se ha truncado por algo que no debía haber ocurrido. Ella no solo las sentía, sino que las veía, las oía y sabía que la escuchaban. La religión considera este fenómeno un don, conocido como la Mano del Escriba. La muerte retraso su destino, ella debía ser una de las encargadas de devolver al libro en su lugar adecuado los nombres que no llegaron a escribirse y los que tuvieron que escribirse y no pudo ser; sería una de las personas que remienda el telar, para salvaguardar nuestro universo.
Sin esa labor, Ao terminaría por castigar el mundo con una nueva Era de los Trastornos, sin pensar en que cuanto más se agrava una serie de problemas en el Libro, peores suelen ser las manifestaciones de las "apariciones" y mayores las posibilidades de que sean verdaderos entes no muertos peligrosos.- explica con calma, para que el chico no pierda detalle -El don presuntamente otorga cierto instinto... empatía... Te permite saber cómo se siente el espíritu y cómo devolverle la paz... permite que la Mano del Escriba toque las rotas hebras cercanas del telar y las remiende en parte. Así, podía hablar con las almas, darles consciencia de su situación y devolver el río a su cauce con su ayuda. Hay mucho poder acumulado en un alma torcida de su camino: tanto como tiene una vida. Sara era la alma más pura y fue la luz que ilumino mi corazón, siempre la amare y recordare.
La sacerdotisa miro al joven y esbozo una sonrisa.
- Debemos descansar, mañana nos espera un largo viaje...
"Para un espíritu el tiempo no es importante, tienen toda una eternidad, en el pueblo de Roca Negra una misteriosa niña se ha visto, un poco tímida pero algo enigmática, quien desvele su interior sabrá que un gran poder esta en ella."